El sistema milpa es uno de los grandes aportes de Mesoamérica al mundo, y el estado de Oaxaca es uno de los estados con mayor diversidad genética de razas de maíz. Aquí se tienen registradas 35 de las 59 que existen en el país. La adaptación, selección y conservación del maíz la han conseguido los grupos étnicos de la entidad mediante la práctica del sistema milpa desde el 6,500 a.C.

La Mixteca es uno de los centros de origen del maíz, que es además uno de los cuatro cereales que alimentan a la mayoría de la población del planeta. Preservar la milpa es mucho más que proteger un sistema productivo, es cultura, convivencia y nutrición para mucha gente.

Al hablar de milpa se entiende el sistema de cultivo que involucra diversos productos, entre los que destacan el maíz, la calabaza, el frijol, el chile, diversos quelites, la chilacayota, entre otros. Desafortunadamente hay una pérdida paulatina del sistema milpa a causa del empobrecimiento de los suelos, la falta de opciones de empleo, la migración y la pérdida de conocimiento tradicional, lo que da lugar a los monocultivos.
En la Mixteca, la mayor parte de los estímulos gubernamentales para la agricultura no se canalizan hacia el fomento del sistema milpa y tampoco priorizan la agricultura de ladera, que por lo accidentado de su territorio es la que más se realiza y ocupa mayor superficie en la región.

Debido al deterioro de los ecosistemas por las prácticas inadecuadas de agricultura y ganadería se pierde mucho suelo. La Mixteca es una de las áreas del país donde más suelo se pierde por procesos erosivos que tienen sus causas en la ganadería, la agricultura extensiva y en ladera, lo cual provoca que se pierdan anualmente 17 toneladas de suelo por hectárea, en promedio. Datos aportados por investigadores del ColPos para el Proyecto GEF-Mixteca (2010-2015) ubican hasta 20 kilos de suelo perdido por cada kilo de maíz producido.

Lo anterior, sumado a la crisis agrícola nacional, los bajos precios de los granos básicos, los bajos rendimientos por hectárea y la falta de empleo, han provocado una expulsión de mano de obra hacia ciudades cercanas, a la capital del país o a Estados Unidos, lo cual implica una pérdida paulatina de valores culturales en los procesos productivos, como la milpa, y agrava el deterioro de la alimentación y nutrición de las familias campesinas.

Por ello, en este proyecto se impulsó la recuperación y el fortalecimiento del sistema milpa, lo que significa la posibilidad de llevar a la mesa alimentos diversos. Al mismo tiempo se desarrollaron ejemplos de Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) en zonas de ladera, que ayudan a recuperar humedad, retener suelo, mejorar la productividad y generar productos que ayuden a mejorar la nutrición de la familia con posibilidades de orientar excedentes al mercado. Así se podrá tener una producción de alimentos con menor impacto negativo en los servicios de regulación de la erosión y mejores rendimientos para el bienestar de las familias.